miércoles, 30 de diciembre de 2009

Tatán en Cartagena


Ni me enteré que Frei había venido ayer, si no hubiera ido a cubrir el mamón discurso del alcalde y los 10 pelagatos que fueron a apoyar al narigón. Pero como si me enteré que venía Piraña a cuartear a las pelolais que se estaban bañando a esa hora en la playa, acudí a tratar de sacarle algunas fotos y algunas palabras. Este fue el día de hoy de Piñera, entre las 13 y 17 horas.

Treinta minutos tarde llegó a San Antonio, frente a unas 100 personas y sólo estuvo 5 minutos sobre el escenario. La única promesa que hizo fue arreglar el hospital Claudio Vicuña, y tan pronto dijo eso se arrancó al auto y se marchó, no sin antes casi caerse por la ventana cuando abrazó a una mujer en silla de ruedas.

Tras tomar la ruta 68 hacia Cartagena, se suponía debía estar frente al restaurante ‘Don Nano’ en Playa Grande a las 3, pero la gente del comando dijo que no llegaría si no hasta las 4, haciendo que quienes lo esperábamos nos asáramos al sol. Mientras aguardábamos, los triples de Pedro Fernández y Luis Miguel entretuvieron a la masa, cantando y regalando decenas de poleras, globos y jockeys, por los cuales la gente se peleaba y tiraban de las mechas.

En la espera, un hecho curioso me llamó la atención: la camioneta del Concejal y médico veterinario Jorge Castro estaba repleta de propaganda piñerista, pero entremedio de las estrellas de la Coalición por el Cambio, estaba en el parabrisas y muy a la vista la el escudo de Concejal, que se usa para estacionarse en lugares preferenciales, lo que prácticamente lo convierte en un vehículo fiscal. ¿Intervencionismo extra-oficialista? Que él mejor intente explicarlo.

Eran las 16:30 cuando Piñata llegó, y las 300 almas lo vitorearon y le tiraron tallas, mientras él se hacía el lindo con las viejas de adelante. Con él iban su esposa Cecilia Morel y su hijo Sebastián Junior, el electo Senador Francisco Chahuán, la electa Diputada María José Hoffmann, el local Ramón Cartagena y el perdedor Joaquín Lavín.

No dijo nada que no hayamos escuchado antes, ya que salió con el típico discurso de doblarle la mano a la delincuencia y no hacerle caso a Frei cuando dice que se acabará la protección social y se abrirá la tierra si sale Presidente.

Estuvo entre 15 y 20 minutos en el escenario, y antes de irse se puso a cantar algunos twist y quiso salir a bailarlos cual Luis Dimas al borde de la tarima, para lo cual tuvo que pasarse sobre la baranda de seguridad, desatando el miedo entre quienes lo acompañaban, que lo agarraron de la camisa para que no se cayera.

Como llegó se fue, raudo y saludando a la rápida a la gente, rodeado de fotógrafos y guardias que me sacaron dos veces del camino del candidato, interfiriendo en mi labor periodística.

Aún así le pude hacer unas preguntas cuando estaba en el auto, las cuales eran: ¿A qué vino a Cartagena? ¿A captar votos o a proponer algo para la ciudad?

Y la respuesta fue: Cri, cri... cri, cri... Evidentemente no respondería, porque la alternativa correcta era la primera.

Luego que se fue a la punta de... Tralca, para ir hacia Algarrobo, sólo se quedó unos minutos Cecilia Morel, que posó para algunas fotos con sus adherentes, que podrán pedírselas luego al Nico o al Monín.

El único momento de tensión lo vivió precisamente ella, que fue encarada por un viejujo que coléricamente le pedía que no se olvidaran de cumplir todo lo que habían prometido. Cuando Cecilia se fue, toda la muchedumbre se dispersó y sólo quedaron los desperdicios de lo que fue un día que pasará a la historia de Cartagena, como aquel día en que vino Piñera y nunca más volvió mientras fue Presidente.-

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