domingo, 25 de octubre de 2009

Juego de Villanos


Si Obama es el Rey del Descaro, Bachelet es la Reina de las Conchudas. Y no es sólo por los motivos armamentistas que da el diario peruano La Razón, si no por su desfachatez a la hora de ejercer su autoridad.

La semana pasada, la Presidenta firmó en un santiamén la autorización para que los Ministros que quieran hacer campaña para Frei puedan renunciar cuando quieran, dejando de lado su deber con el país por ayudar a ese ñoño. ¿Qué demuestra esto? Que Bachelet está más interesada en extender el Gobierno de Izquierda que en el bienestar de los ‘chilenos y chilenas’.

A esto se suma la nula intención de la Contraloría por fiscalizar las asistencias de Frei en el Senado, quien sigue recibiendo millonadas por hacer nada, financiando su campaña con los impuestos de todos los chilenos. ¿Por qué uno se debe partir el lomo trabajando para mantener a su familia, y Frei no? ¿Por qué si yo falto al trabajo me descuentan plata o me despiden, y a Frei no? ¿Y qué dice la Presidenta sobre todo esto? Nada, para eso ‘está’ la Vocería de Gobierno.

Primero fue Lagos Weber, luego Francisco Vidal y ahora es Carolina Tohá. ¿Desde cuando ser Vocero de Gobierno significa ser la voz de la Concertación? Si más no recuerdo, el Gobierno de Chile lo conforman todos aquellos que están sentados en La Moneda y el Congreso, sean estos del partido político que sean. Ellos fueron elegidos para representan al país y no a sus partidos, por lo que ya vendría siendo hora de que al igual como haremos en el Mundial de Sudáfrica, nuestros honorables políticos se pongan de una vez por todas la camiseta blanca, azul y roja, y no la de un solo color. El Gobierno y los chilenos no sólo son de Izquierda, si no también de Centro, Derecha e Independientes, y unos cuantos Apolíticos que presenciamos este juego tiránico desde las profundidades del Infierno.

En lugar de andar dándole chipe libre a sus pelafustanes, mejor, mi estimada Conchuda, preocúpese de lo que realmente la ‘hinchada’ chilena le pide, y cancele la deuda histórica de los profesores para que los chicos que deban dar la PSU puedan volver a clases, y de paso, póngale tarjeta roja a los políticos que están acostumbrados a hacer cochinadas en medio de la cancha. Ya es hora que dejen de tirarse las pelotas y que el partido se acabe, pues los 90 minutos de la Concertación terminaron hace rato, y los descuentos han sido más largos que los de Pino-chet. No sea saquera, y toque el pitazo final.

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