sábado, 22 de mayo de 2010

Cuenteo Público 2010


Sólo Sebastián Piñera puede vender la pomada tan bien como lo hizo ayer. Ya dije antes que era poco prudente evaluar su Gobierno a apenas dos meses y medio de haber asumido, pero tras escuchar su discurso tendré que pecar de imprudencia, al igual que él. Vamos allá.


Partió con las típicas palabras ‘reconciliadoras’ de las que pavonea cuando le ponen un micrófono en frente, llamando a la unidad nacional y mencionando a Dios cada vez que necesitaba terminar una frase. Dio las gracias a Bachelet, Lagos, Frei, Alwyn, O’Higgins, Carrera, Rodríguez y cuanto weón se le pasó por la cabeza, antes de ir por fin al grano. Leyó un resumen escolar de lo que pasó el 27 de febrero y de cómo todos ayudamos a paliar la emergencia, como si no fuéramos chilenos y no lo supiéramos. Hizo un minuto de silencio por las víctimas, pero no entregó detalles de las conclusiones que hasta ahora ha sacado la comisión que investiga la descoordinación durante el terremoto, cuestión que interesa a todos los familiares de los difuntos. Pero éste no sería el único tema del que se mantendría al margen.


Tras menospreciar una y otra vez a la Concertación por legados como EFE, Transantiago y Chiledeportes, se vanaglorió de haber mandado más proyectos al Congreso que todos sus predecesores a la fecha, entre los que cuentan el aumento transitorio del royalty minero y el impuesto al tabaco, argumentando que este último es dañino para la salud, más no tomó en cuenta que el alcohol es mucho más dañino ya que no sólo mata a quien conduce ebrio, si no también a quienes manejan responsablemente (eso sin contar la delincuencia y la ruina a la que conlleva su abuso). Pero como las grandes corporaciones mandan, pasada la emergencia, los que ganan más volverán a pagar menos, y el alcohol no se tocará, ya que molestaría a nuestras empresas importadoras.


Después vino un sin fin de promesas de campaña carentes de bases financieras y administrativas, como la disminución gradual del 7% de salud que se le descuenta a los pensionados, la trillada formación de 1 millón de empleos para el 2014, terminar con las listas de espera en el AUGE, reformar la Justicia Civil, dar un bono por bodas de oro, y crear nuevos Ministerios. ¿Cómo y cuánto costarán estos proyectos? No se pierdan la próxima cuenta pública para saberlo...


En educación, prometió que ningún joven con ganas de estudiar no podría hacerlo por falta de dinero, pero no informó sobre un proyecto al respecto. Así mismo, planteó alargar las jornadas de clases en los barrios conflictivos, como si eso fuese a disminuir el narcotráfico o la delincuencia. ¿Qué dirán los injuriados y agredidos profesores al respecto? Además, añadirá al Simce pruebas de Inglés (bien por eso), Tecnología (mal por los que no tienen acceso), y Educación Física (pésimo para todos los holgazanes :P).


Lo que sí queda claro, es que al que le falta estudiar más es al mismo Piñera, pues a parte de insistir en su peculiar hablamiento y referirse al ‘cáncer de mamos’, dijo que pretendía que nuestra economía creciera como hoy lo hace la extinta Checoslovaquia y la casi en bancarrota Portugal (¡qué miedo!).


En fin, todos quedaron contentos con tanto chamulleo, menos los defensores de temas que fueron olvidados durante esa hora y cincuenta minutos de autoalabanza, como es el caso de los animales, el medioambiente, la cultura, el deporte, el conflicto indígena y las minorías sexuales, materias que sacan ronchas a la conservadora y neoliberal Alianza por Chile y a su adorada Iglesia Católica.


¿Mi conclusión final? Piñera sigue pensando que es candidato en lugar de Presidente, por lo que aún necesita un empujón a la realidad y quitarse el disfraz del terremoto tras el cual oculta su inexperiencia en el ámbito social. Un país se levanta con trabajo y oportunidades, no con palabrería y buenos deseos. Así cualquiera.


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